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  El cobayo
 

 

 

 

 


 

 

 

Nombre común: Cobayo, Conejillo de Indias, Cuy, Cuyo


Características

 

Existe una agria polémica en lo que se refiere a la clasificación de esta especie. Por una parte se afirma que los conejillos de indias están directamente emparentados con los conejos, mientras que por otro lado están los que afirman que los cobayos están emparentados con los ratones. Lo sentimos por los que apuestan por los conejos, pero los conejillos de indias son en realidad roedores. Los conejos pertenecen al orden de los lagomorfos, mientras que los conejillos de indias pertenecen, tras una reciente revisión en lo que a su clasificación se refiere, al orden Caviamorfos.


Respecto a su origen, se cree que el cobayo como lo conocemos hoy es la forma domesticada de roedores salvajes que habitan las sabanas de Sudamérica (C. aperea, C. fulgida o C. tschudii). Existen 14 especies dentro del género Cavia sp.


Los cobayos son animales de aspecto general rechoncho. Su cola es muy corta, su cuerpo es largo con relación a sus patas, que son muy cortas. Sus cuartos traseros son redondeados. La cabeza es ancha y las orejas son pequeñas y arrugadas.


Un cobayo adulto mide entre 20 y 25 cm., y pesa entre 0,5 Kg. y 1,5 Kg. Los cobayas han sido junto con los ratones, ratas y conejos ampliamente utilizados como animal de experimentación, y aún hoy se les usa con esos fines.


Son animales muy pacíficos, incluso asustadizos, huyendo ante la más mínima señal de peligro al escondite o refugio más cercano. Su mantenimiento es sencillo y no desprenden olores desagradables si se mantiene una higiene adecuada. Son animales muy mansos y raramente morderán, aún cuando les estemos haciendo daño, aunque es más probable que en estos casos recibamos un doloroso recuerdo de un macho que de una hembra. Con los cuidados adecuados son animales resistentes. Actualmente se han seleccionado múltiples variedades, tanto en lo referente al color (los hay blancos, dorados, negros azafrán, azules... monocolores bicolores y tricolores) como al pelaje (largo, corto, satinado...). Desde luego aquel que quiere un conejillo de indias como mascota tiene variedad para elegir.


No hay diferencias notables en lo que respecta al aspecto externo de machos y hembras. Quizás el macho es algo más grande y su pelaje un poco más áspero, pero estos datos no son fiables. Un método más fiable es observar la zona perineal del animal (donde se encuentra el ano y el orificio genital); si se trata de un macho adulto podremos observar sin problema los testículos en el escroto. Si es un animal joven puede ser difícil e incluso imposible visualizar el escroto, en este caso recurriremos a la exteriorización del pene. Para ello colocaremos al animal boca arriba sobre su dorso, colocaremos el pulgar y el índice a ambos lados del orificio genital y presionaremos suavemente hacia abajo y hacia dentro. Si es un macho podremos observar la salida del pene, si es una hembra solo veremos una pequeña hendidura.


En la naturaleza los parientes salvajes de estos roedores ocupan regiones de extensas sabanas por las que se mueven y de las que obtienen su alimento. Siempre se mantienen alerta y a una distancia prudencial de un refugio seguro por si acaso. Los cobayos confían sobre todo en su velocidad para salvarse del peligro, y pueden ser realmente rápidos si el estímulo es lo suficientemente intenso, especialmente las crías.


Distribución

 

No se sabe exactamente de donde llegaron los primeros cobayos, pero sus parientes salvajes actuales ocupan una extensa región de sabanas en el noreste de Sudamérica (Venezuela, Guyana).


Alojamiento

 

A la hora de diseñar el alojamiento para nuestro cobayo, hay que tener en cuenta que estos animales son muy sensibles tanto a las corrientes como a la humedad. El someterles a estos agentes causará probablemente una deterioro en su salud. Es curioso saber que en países como Estados Unidos, Canadá o Gran Bretaña los conejillos de indias se han adaptado al clima templado, y algunos criadores les mantienen en recintos exteriores a lo largo de todo el año, incluso en invierno. No obstante estos animales no están especialmente adaptados para soportar las inclemencias meteorológicas invernales, por lo que es mejor limitar el uso de recintos exteriores a las épocas de mejor climatología.


Las dimensiones del alojamiento que habremos de proporcionarle a nuestro cobayo son directamente proporcionales al tiempo que podamos dedicarle. Los cobayos necesitan hacer ejercicio todos los días, si disponemos de tiempo los podemos tener sueltos para que hagan ejercicio durante un rato, pero requiere que supervisemos de manera directa estos periodos de libertad. Si no disponemos de ese tiempo, lo mejor es proporcionarles un alojamiento espacioso para que puedan ejercitarse sin necesidad de salir de la jaula.


Las jaulas de tipo cajón dan buenos resultados, también son válidas las jaulas de malla soldada. La jaula constará pues de tres partes:

 

Conejar o dormitorio: En el se encontrarán el nido del animal, el comedero y el bebedero. Sus dimensiones mínimas para un animal son de 62 cm. de longitud x 38 cm. de anchura x 31 cm. de altura. Constará de una puerta lo suficientemente amplia como para que se pueda introducir y sacar al animal sin problemas, estará separada de la zona adyacente por un tabique al que añadiremos una puerta.

 

Zona de ejercicio: podremos ahorrárnosla si disponemos de tiempo para supervisar el ejercicio de nuestra mascota. En otro caso añadiremos una sección de 31 cm de longitud al conejar, de la misma anchura y altura que este. Se separará esta zona de las adyacentes mediante tabiques con puertas.

 

Zona para las deposiciones: De 23 cm de longitud y las misma anchura y altura que las anteriores. Al igual que con las otras zonas hay que separarla de la sección adyacente (zona de ejercicio) mediante un tabique con puerta. La zona de ejercicio será la sección central, mientras que el conejar y la zona para las deposiciones habrán de estar lo más alejadas posible (extremo y extremo).


Los comederos han de ser pesados y más anchos en la base, para que los animales no puedan volcarlos. Los bebederos que mejor funcionan son los de tipo botella.
Para el nido deberemos de proporcionar a nuestros animales abundante heno (es lo que más les gusta para construirlo). La zona para las deposiciones debería de contar con una bandeja bajo una rejilla, lo que facilitaría su limpieza. Como material para el suelo se puede usar papel de periódico cortado. La paja no sirve puesto que absorbe poco y tiene tallos afilados que pueden herir a los animales. De los inconvenientes del serrín y las virutas de madera ya hemos hablado. La arena suele manchar el pelaje de los animales y puede llegar a ser irritante.

 

Cría

 

Los cobayos alcanzan la madurez sexual con unos 3 meses, aunque no se debe intentar que se reproduzcan antes de los seis meses como mínimo. Los cobayas no completan su desarrollo físico hasta los 12 meses, y no alcanzan su peso adulto hasta los 18. Los machos maduran más lentamente que las hembras. La vida reproductiva es de 3 - 4 años en las hembras y algo más en los machos.


Las hembras de cobayo presentan celos cada 14 - 17 días. La gestación puede durar entre 59 y 72 días, aunque lo normal son 63. Los animales que nacen con gestaciones cercanas a los extremos del intervalo suelen tener problemas o estar muertos.


Al igual que en el caso de las chinchillas, las crías de los conejillos de indias nacen cubiertas de pelo y son capaces de arreglárselas bastante bien por si mismas unas horas después del parto. Son incluso capaces de comenzar a ingerir alimentos sólidos a las 24 horas de haber nacido. Este mayor desarrollo de las crías al nacer permite que tengan una mayor supervivencia, y por tanto las camadas de los cobayos son menos numerosas que en el caso de otros roedores, aunque su gestación es también más larga (casi el doble). Lo normal es que haya 3 ó 4 animales por camada aunque camadas de 1 ó 2 ejemplares no son muy extrañas, especialmente en animales muy jóvenes o viejos. Las mayores camadas registradas han sido de 10 crías.


El parto suele tener lugar durante la noche. No es infrecuente el canibalismo en esta especie, en especial si hay malformaciones en las crías, en hembras muy jóvenes o en animales estresados. Las hembras de cobayo sólo tienen un par de mamas, pero como las crías son capaces de ingerir alimento sólido al poco de nacer no suele haber problemas. No obstante no suele haber demasiados problemas para cambiar crías entre distintas hembras. La lactación dura 4 ó 5 semanas.


Alimentación / cuidados

 

Al igual que en el caso de otros roedores, las semillas son el componente fundamental para la dieta de los cobayas. Se les puede dar avena salvado, maíz. El pan duro también será aceptado y además de cómo alimento será útil para que los animales desgasten sus dientes. Los cobayos son unos animales peculiares en lo que a su fisiología respecta. Junto con los monos y el hombre son los únicos animales que no son capaces de sintetizar vitamina C., y que por tanto tienen que tomarla con sus alimentos. Es por esto que un aporte variado de frutas y verduras es esencial para mantener a nuestros cobayas sanos. Zanahorias, judías, guisantes, espinacas, brécol, son verduras aptas para su consumo. Entre las frutas su preferida son las manzanas. También se les puede dar diente de león, zarzamoras, llantén, alfalfa. El heno de calidad es el mejor forraje que podemos proporcionarle a nuestros conejillos de indias. Hay que asegurarse de que está bien seco, que no tenga moho y que este formado por plantas de distintas especies (no sólo de una).


Es necesario suplementar la dieta de las hembras gestantes con proteínas, vitaminas y calcio desde unas 8 semanas antes del parto hasta que acabe la lactación.
Si damos alimento granulado a nuestros cobayos asegurémonos de que es especifico para ellos. Los de otros roedores no son válidos porque no contienen vitamina C. El alimento en gránulos es el más equilibrado para nuestros cobayas (siempre que la marca sea de prestigio) pero este tipo de alimentación suele resultar algo monótona, así que conviene suministrar frutas y verduras, junto con algunas golosinas si les alimentamos con pienso.


Deberemos limpiar los comederos y bebederos a diario, y las letrinas cuando sea necesario (cada dos o tres días es suficiente). La jaula ha de limpiarse a fondo una vez por semana cambiando el lecho. Es importante suministrar heno frecuentemente a nuestros cobayas, lo emplearán tanto en su alimentación como en la construcción del nido. El roer es una necesidad. Se les pueden suministrar ramitas de frutales o rollos de cartón. Los huesos para roer como los que se venden para los perros también son un buen método para conseguir que nuestros cobayas desgasten sus incisivos, al igual que el pan duro.
Algún tubo a modo de túnel en la jaula, piedras a las que subirse o un tronco bajo (trepan mal), junto con elementos para roer, ayudarán a mantener entretenido a nuestro cobayo.

 

 

 

 

 

 
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